Ik (o del primer acercamiento al Mar Caribe)
Se queda oyendo como un ciego frente al mar LUIS ALBERTO SPINETTA Sigo con el oído la comparsa de las olas aladas que toman vuelo a media altura. Aquel viento tibio acaricia el paisaje menea en un cálido vaivén las copas de los árboles. Cerrás los ojos y sentís el mar: canto de marea creciente haciendo eco en el caracol del pecho. Vibra el manglar en el aleteo marítimo, puebla el silencio el pájaro y su canto esdrújulo. Otra ola tropieza con la roca La espuma: ese lenguaje entre el mar y su orilla. Ik: Deidad maya del viento.